viernes, 26 de mayo de 2017

viernes, 19 de mayo de 2017

CAMPEÓN DE EUSKADI

CAMPEONATO DE EUSKADI DE BOCCIA 17 MAYO EN VITORIA

EL MIERCOLES DISPUTAMOS DIEGO LOPEZ ALICIA CUESTA Y JOSEBA VADILLO LAS SEMIFINALES Y FINAL.
DIEGO LOPEZ EN (BC2) QUEDO EN UN TERCER PUESTO, ALICIA CUESTA EN (BC3) TAMBIEN QUEDO TERCERA Y JOSEBA VADILLO EN (BC3) SE ALZO CON LA MEDALLA DE ORO.
ENORABUENA A TODOS

viernes, 12 de mayo de 2017

Joseba y Alicia subcampeones de boccia de Euskadi



El miércoles 10 de mayo  fue el campeonato de Boccia  por parejas de Euskadi, en Pamplona. Joseba y Alicia  fueron subcampeones.

lunes, 10 de abril de 2017

Joseba Vadillo y Alicia Cuesta a semifinales

Joseba Vadillo y Alicia Cuesta logran pasar a semifinales de Euskadi de Boccia en la modalidad de parejas e individual.
La próxima cita será el 17 de mayo en Gasteiz.
Mucha suerte!!!!

martes, 4 de abril de 2017

"Yo soy Alicia y esta es mi vida"


Publican en la revista Añana bizirik un artículo sobre el libro que ha escrito Alicia



La Diputación Foral de Alava publica el libro de nuestra compañera Alicia Cuesta "YO SOY ALICIA Y ESTA ES MI VIDA- diciembre 2016


EN EL PAIS 9 DE MARZO 2017

Rotos solo por fuera

Alicia Cuesta, con parálisis cerebral, publica un libro autobiográfico ilustrado por Álex González, un joven con discapacidad intelectual

Alicia Cuesta y Alex Gonzalez con el libro que han escrito e ilustrado. L. RICO
A primera vista Alicia Cuesta no es de las chicas que se asocia al país de las maravillas. Postrada en una silla de ruedas y con evidentes problemas de movilidad y de comunicación, se define a sí misma como una joven “rota solo por fuera”. Se quedó sin oxígeno en el parto y la parálisis cerebral le complica la vida y las relaciones con el resto de los seres humanos. Sin embargo, sus ansias de comunicar han acabado por romper muchas de las barreras visibles e invisibles con las que se enfrentan ella y miles de personas como ella. Un día de hace cinco años reventó: “Quiero escribir un libro con las cosas importantes de mi vida”, verbalizó a sus terapeutas con mucha dificultad, pero enorme convicción.
Alejandro González es una persona con discapacidad intelectual vinculada al autismo. A él lo de juntar letras le va menos, pero la conexión con los problemas de Alicia Cuesta a través de las dificultades comunes para expresarse, y su capacidad para sintetizar historias en trazos y texturas, le han convertido en el coloreador necesario para ilustrar el libro. Alicia vio por casualidad un dibujo de Alejandro en un calendario y lo eligió. “Nos unió el dibujo”, dice el joven, que cada día hace una viñeta con una noticia que le sorprende, o con un suceso que le llama la atención. El libro fue un compromiso extra. “Estamos rotos por fuera, pero no por dentro”, aclara con sentido del humor Alicia Cuesta, para explicar el resultado de su difícil trabajo.
Cinco años después, el resultado es un libro de 116 páginas, Yo soy Alicia y esta es mi vida, editado por la Diputación Foral de Álava, que no será un best seller, pero sí una gran lección de superación. Desde la primera línea Alicia reclama a la sociedad que mida a las personas con diversidad funcional por sus aptitudes, no por sus incapacidades, y razona que más allá de la ayuda que necesita cada uno de ellos, tienen derecho a disfrutar de una vida independiente. “Todas las personas de este mundo somos dependientes las unas de las otras”, escribe al final, a modo de conclusión. “Unos para ir con la silla, otros para comer, otros para realizar las compras y otros para ser felices”.
La primera edición, de 300 ejemplares, se ha distribuido por las bibliotecas públicas de Álava, y se puede descargar en la página web de Bienestar Social de la Diputación. Alicia repasa en el texto los recuerdos de su infancia para entender cómo es ahora de adulta. Los dibujos reflejan las vivencias de la joven con mimo y un gran esfuerzo por parte de Alejandro González.
El libro remueve por dentro a quien se atreve a driblar la pereza y la incomodidad que supone, a priori, adentrarse en unas vidas a las que tendemos a encapsular en centros especializados y a dar pocas oportunidades desde que nacen. “Pese a las dificultades, Alicia y Alejandro aprendieron a comunicarse, a trabajar en equipo, a contrastar, y eso impresiona mucho”, explica el director del Centro de Autonomía Personal (CAP) de la Diputación Foral de Álava, Aurelio Alzola.
Profesores y terapeutas creen que la experiencia es exportable como una manera de mejorar sus habilidades sociales. Alicia es usuaria del CAP y Alejandro del centro ocupacional Helios, ambos del Instituto Foral de Bienestar Social. La joven escribió letra a letra con un puntero en un ordenador adaptado a su cadencia y con un ratón especial cada uno de los pasajes de su historia. Los miércoles por la tarde a lo largo de cinco inviernos, ella y su compañero se intercambiaban textos, dibujos e impresiones.
Uno de los dibujos preferidos del autor es el de los abuelos de Alicia. “Mi abuelo Emeterio me acunaba mientras yo, desagradecida de mí, no paraba de llorar. Me viene a la cabeza el instinto de las personas mayores, qué sabiduría. Él no era médico pero intuía que yo no estaba bien. Mi madre no le creía y mi abuelo se murió sin saber qué me pasaba”. A primera vista Alicia Cuesta no es de las chicas que se asocia al país de las maravillas. Como dicen sus amigos, dándole la vuelta a la frase: “Alicia las hace”.

LIBRO EN PDF

VIDEO DE LA RUEDA DE PRENSA OFRECIDA POR LA DIPUTACIÓN FORAL DE ALAVA PARA LA PRESENTACIÓN DEL LIBRO. Diciembre 2016

Aquí puedes ver y escuchar los artículos y entrevistas realizadas a Alejendro Gonzalez y a Alicia Cuesta por diferentes medios de comunicación




lunes, 13 de marzo de 2017

OTRA HISTORIA DE MARTA


 Buenas, os  dejo la segunda  historia  que he escrito, espero que os guste.

 LOS DIMINUTOS EN LA GRANJA
 
Había  una chica  llamada Susana, que tenía 13 años. Era alta, rubia, con el pelo largo, tenía unos ojos azules grisáceos, era un poco gordita, pero muy guapa.  Sus padres y ella, se fueron de  casa para vivir en una granja de Salamanca. Sus padres y ella iban a tener ganado y varias hectáreas de campo, para cultivar verduras, hortalizas, árboles frutales y demás.

En la granja, los tres  tenían que organizarse, porque iban a empezar desde cero. Su padre, sabía bastante, porque había nacido y crecido en un pueblo. Arreglaron un poco mejor la casa, las habitaciones, el baño…el establo, el almacén y varios campos para cultivar.

 Un mes después, compraron 15 vacas y 10 ovejas, para obtener la leche y la lana. Susana, poco a poco iba aprendiendo a ordeñar las vacas y las ovejas, aunque le costaba un poco. También compraron un perro grande, para cuidar a los animales cuando estuvieran sueltos.

 Unos días después, su padre compró bastantes semillas para cultivar, verdura, hortalizas, etc. Entre los tres, trabajaron duro para poner las semillas, removerlo, etc. Luego, regaron los campos y descansaron. Susana estaba  agotada y se sentó en la entrada de la finca. Al momento se quedó dormida y al despertar, se dio cuenta de que había perdido su anillo.

  Miró por todas partes y no lo encontró, de repente vio algo en la cocina, en un rincón, lo cogió y vio algo increíble. Era un chico diminuto,  con el pelo moreno, ojos marrones y era guapísimo. Estaba temblando de pánico, porque siempre se  escondían para que no les descubrieran. Ella le tranquilizó.
 
- No tengas miedo, yo me llamo Susana y, no te voy ha hacer daño.
 
- Me llamo Marcos y todos os tenemos miedo a vosotros, porque como no nos veis, nos pisáis y no queremos que nos veáis.
 
- Yo no voy a decir nada, porque si lo digo, ellos dirán que estoy loca y que es mentira.
 
- Pues te lo agradezco mucho. 

- No importa. Aahh, ¿no habrás encontrado un anillo por aquí, no?
 
- No, pero lo puedo buscar, como soy pequeño, es más fácil.

- Pues gracias.
 
- De nada

- Sabes, como no conozco a nadie, porque llevamos poco  tiempo aquí, me gustaría ser tu amiga.
 
- A mi también me gustaría, porque con mi familia y mis amigos es un poco aburrido.
 
- ¿Quieres que nos veamos mañana a la misma hora, en la cocina para charlar y divertirnos un poco?
 
- Muy bien, pues hasta mañana.
 
- Hasta mañana.
 
Al día siguiente, a la misma hora se encontraron en la cocina y empezaron ha hablar.

- Hola Marcos

-       Hola Susana
 
-       ¿Qué tal?

-       Bien, ¿y tú?

-       Bien, un poco cansada por la jornada, pero bien.

-       Sabes, he encontrado una cosa para ti, tu anillo.
 
-       ¡Lo has encontrado! Donde estaba.
 
-       En  el suelo, detrás de la puerta. 

-       Pues muchas gracias, te lo agradezco. Yo  he traído para ti, unas galletas con chocolate, no se si te gusta.

-       Si me gustan y mucho, gracias.
 
-       ¿Te gustaría dar un paseo por los caminos, mañana?, como hace muy bueno y es precioso.
 
-       Genial, porque los enanos no salimos de casa y es estupendo.
 
-       Pues bien, hasta mañana y quedamos mejor a las cinco en vez de a las seis.
 
-       No hay problema.
 
       Al día siguiente, a la tarde, salieron por los  caminos de los campos y exploraron. Se lo pasaron muy bien. Desde entonces, se veían muchos días.      

     Susana empezó las clases en el colegio. Después del colegio se veían y estaban un   rato  juntos. Pasaron varios años así, viéndose después de que saliera del colegio. Luego, tuvo que ir al instituto, en la ciudad y ya se veían menos, porque tenía que estudiar bastante. Cuando terminó el instituto, Susana no quería ir a la universidad, porque le gustaba trabajar  en la granja. Y eso hizo, trabajaba en los cultivos,  pastoreando a las ovejas y a las vacas, ordeñándolas y aprendió a esquilar las ovejas. Cuando anochecía, después de cenar, estaban juntos un rato Marcos y ella. Y así pasaron varios años. Un día Marcos le dijo muy ilusionado, que se iba a casar y quería presentarle a su novia. Dos días después, se la presentó a la noche. Era un poco tímida, guapa, rubia con el pelo bastante largo, los ojos azules, como el cielo. Se llamaba Rocío, después de hablar los tres un rato, le pareció muy simpática y agradable. Cuando se casaron, les preparó una sorpresa Susana. Por la noche, les llevo al campo, un poco alejado para que no le vieran y puso una manta. Luego les dejo a ellos sobre la manta a solas. Susana, se alejó y se tumbó, para ver también las estrellas. Estaba despejado el cielo, porque era verano y se estaba bien. Al día siguiente, Susana fue donde ellos y estuvieron un rato charlando, Rocío dijo, que había sido genial, porque se veían muchas estrellas y  la luna llena.
 
Y como los anteriores días, se volvieron a ver por  la  noche, acompañados  de Rocío.

Pasaron dos años más y Susana conoció a un muchacho que trabajaba en los campos de la granja vecina. El muchacho llamado Pablo, era alto, pelo negro, piel tostada por el sol, tenía dos hoyuelos en las mejillas y eran graciosos.

      Algunas veces Susana y Pablo salían  por la tarde a dar una vuelta y a despejarse, ella llevaba a escondidas, a Marcos y a Rocío para que disfrutaran también. Más tardé, algunas noches en vez de estar con Marcos y Rocío, salía con Pablo. Tenía una sensación rara y le preguntó a Rocío, si cuando le empezó a  gustar a Marcos, tenía una sensación extraña. Ella le dijo que si. Un mes después, Susana le dijo a Pablo, que le gustaba estar con él. Y él le dijo lo mismo. Mas tarde, decidieron ser novios.

       Un tiempo después, como veían que estaban a gusto juntos, decidieron casarse,  al cabo de un tiempo.
 
       El día de la boda, se puso un vestido blanco y escondió a Marcos y a Rocío dentro del vestido para que pudieran verlo. Fue al altar con su madre, porque había fallecido hacía 2 años su padre. La ceremonia y la fiesta fueron  divertidas y agradables.
 
       A la noche, cuando ya estaban en la habitación solos Susana y Pablo, ella le confiesa el único secreto que tenía. Le enseñó a Marcos  y a Rocío. Pablo, se quedó como una piedra, porque no se imaginaba nada de eso. Ella le dijo, que conocía a Marcos, desde que era una niña y desde entonces han sido amigos. A Rocío, le conocía desde hacía pocos meses, pero era también agradable. 

       Con el tiempo, se llevaron muy bien los cuatro y en especial Pablo y Marcos. Después, Marcos y Rocío tuvieron dos niños y más tarde, Susana y Pablo, fueron también padres, pero de gemelas. Fueron dos niñas preciosas. Con el tiempo los hijos de Rocío y Marcos y las hijas de Susana y Pablo, fueron muy amigos y se divertían mucho juntos.

 
MARTA 

 

 

 

 

sábado, 4 de marzo de 2017

CAMPEONATO DE BOCCIA

Este miércoles Diego y Juan Carlos han disputado la jornada de clasificación a 1ª de BC2 en Pamplona. Fue una jornada dura pero mereció la pena!!! Diego ya está clasificado, enhorabuena!!! A Juan Carlos le quedan 2 partidos la semana que viene para saber si se clasifica!!! Mucho ánimo y a por todas campeón!!!
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